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Guanaco 1 – Trabajando para rescatar a los guanacos amenazados en Perú

 

By Jane C. Wheeler

El guanaco es el mayor artiodáctilo silvestre en Sudamérica y una especie primaria indicadora de su ecosistema.  Su ancestro directo, el Hemiauchenia, migró desde Norteamérica a Sudamérica hace tres millones de años; y el fósil conocido mas antiguo data de hace 2 millones de años en Argentina. También han sido encontrado en Tarija, Bolivia, en la ladera este de los andes, pero no hubo diseminación en los altos andes hasta antes del establecimiento de condiciones climáticas modernas, aproximadamente hace 12 000 años. Antes del contacto con europeos, los guanacos eran encontrados a lo largo de la orilla del pacifico y dentro de los altos andes, desde aproximadamente 8° latitud Sur hasta la Tierra del Fuego, al este hacia el Chaco Paraguayo y cruzando las pampas hacia el Océano Atlántico cerca de Buenos Aires. La población prehispánica de guanacos ha sido establecida en 30 a 50 millones. Este número rápidamente disminuyo durante la conquista europea, y a mediados del siglo XIX el impacto de la caza indiscriminada y la crianza comercial de ovinos redujo la población de guanacos a 7 millones. Actualmente la población sobreviviente se ha estimado en 600 000 animales.

Cuatro subespecies pobremente definidas han sido descritas: la primera L.g.guanicoe (Müller, 1776), en la Patagonia, Tierra del Fuego y Argentina desde los 35° latitud Sur; la segunda L.g.huanacus (Molina, 1782), en el centro de Chile; la tercera L.g.cacsilensis (Lönnberg, 1913) en el sur del Perú, noroeste de Argentina, norte de Chile y Bolivia; y la cuarta L.g.voglii (Krumbiegel, 1944), a lo largo de la orilla este de los andes argentinos desde los 21° a los 32 ° latitud Sur. Sin embargo, las características con las cuales cada subespecie ha sido separada, no estan completamente detalladas en estos primeros trabajos; y una reciente investigación con ADN sugiere que solo dos subespecies son validas, la mayor, los guanacos del sur mas oscuros (L.g.guanicoe) y la menor, la de coloración mas clara (L.g.cacsilensis) encontrada en el limite norte. Restos óseos de sitios arqueológicos en los andes documentan el origen de la domesticación de la llama a partir del guanaco en localidades ubicadas  en zonas alto andinas dentro del rango de presencia de L.g.cacsilensis, iniciándose alrededor de 6000 años atrás, y esto ha sido recientemente confirmado por análisis de ADN. No hay evidencia, arqueológica o molecular, que el guanaco de la Patagonia halla sido domesticado, aunque animales amansados fueron algunas veces mantenidos.

Todos los guanacos muestran una coloración similar, variando del marrón rojizo oscuro en las poblaciones del sur a marrón claro con tonos de amarillo ocre en las subespecies del norte. El pecho, el abdomen y la parte interna de las piernas son mas o menos de un color blanco puro, la cabeza varia de gris a negra con coloración blanca alrededor de los labios, ojos y bordes de las orejas. El diámetro de fibra varia de 16.5 a 24 micrones y contiene de 5 a 20% de pelos. La alzada a la cruz de animales adultos, varia de 110 a 120 cm para guanacos de la Patagonia y Tierra del Fuego, comparados con 100 cm para el pequeño guanaco norteño, con un peso vivo para animales adultos de 120 –130 y 96 kilos respectivamente.

El numero de guanacos ha continuado disminuyendo desde el contacto Europeo. A inicios de 1950, reportes relatan una cacería incontrolable de jóvenes chulengos en la Patagonia, amenazando la sobrevivencia de la especie, y en 1969 la población peruana de guanacos se encontró al borde de la extinción. En 1974, la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales) declaró al guanaco como una especie vulnerable. Actualmente, el guanaco recibe protección en 14 reservas en Argentina, 4 en Chile y 3 en Perú, pero esto no es suficiente, y las poblaciones Bolivia y Paraguay permanecen sin protección. El Grupo de Especialistas de Camélidos Sudamericanos de la UICN ha recomendado urgentemente, incrementar la protección para el guanaco, especialmente para las poblaciones de la zona norte.

Cuando el Comité Americano para protección internacional de vida silvestre reconoció que de  los mamíferos peruanos reportados en 1969, ambas, poblaciones de vicuñas y guanacos se encontraban al borde de la extinción, el gobierno peruano respondió rápidamente, declarando ambas especies como amenazadas, y con el consiguiente rescate exitoso de la vicuña, el cual es bien conocido. La historia del guanaco peruano, sin embargo, es muy diferente, y este permanece virtualmente desconocido para la ciencia, y al borde de la extinción. Solo se estima 5000 animales sobrevivientes, de los cuales 3500 están localizados en el Perú.

Un estudio científico a gran escala que ayudaría a salvar al guanaco peruano de la extinción, empezó en julio del 2003. Conocido como Guanaco 1, proyecto financiado por la Iniciativa Darwin del Reino Unido y liderada por Michael W. Bruford de la Universidad de Cardiff (Reino Unido) y Jane C. Wheeler de CONOPA (Perú). Utilizando una combinación de estudios genéticos, análisis de viabilidad poblacional y sobrevivencia ecológica, la meta del proyecto es la producción de un plan de manejo para la conservación, y la capacidad humana para implementarlo, así como continuar con estudios en especies peruanas amenazadas en el futuro.

Guanaco 1 se construyo sobre un primer Proyecto de la Iniciativa Darwin sobre genética y conservación de poblaciones de vicuñas peruanas llevado a cabo por el mismo grupo durante la década del 90. Gracias a la colaboración de autoridades del CONACS (Consejo Nacional de Camélidos Sudamericanos), se nos permitió muestrar poblaciones de vicuñas a lo largo del país, tomando muestras de sangre para extracción de ADN, cuando los animales fueron atrapados para esquilarlos. El subsiguiente estudio de variación genética en cada una de las poblaciones confirmó que la vicuña había pasado a través de un cuello de botella genético y definió los requerimiento de un manejo especial, necesario para asegurar la preservación de la biodiversidad genética en esta especie. En el orden de obtener la misma información para el guanaco, nosotros necesitábamos obtener también ADN, sin embargo, la captura de guanacos es  siendo forzados a encontrar otro recurso para la obtención de ADN, muestras fecales.  No voy a detallar todos los diferentes nombres que se le dieron a nuestro proyecto, como nosotros cruzamos el país colectando las muestras necesarias, pero diremos que esto no ha sido fácil. La caza deportiva y otras actividades humanas han llevado a la mayoría de guanacos hacia sitios inaccesibles y de muy difícil terreno, y la extracción exitosa de ADN de fecas ha requerido un tremendo esfuerzo.

Nuestro muestreo empezó con la población mas grande, 538 guanacos reportados, en la reserva nacional de Calipuy en el departamento de la Libertad, en el extremo norte de la distribución del guanaco en el Perú. Esta población es la mas accesible, y siendo protegida, fue la mas fácil de muestrear. Utilizando un poderoso monocular, para observar los eventos de defecación, y dos equipos de radio, para triangular la localización de las muestras, el equipo se desplazó rapidamente para recolectar las muestras en el menor tiempo posible. Mas de 30 muestras fueron colectadas y retornaron al laboratorio en Lima incluso mucho antes que el vehículo de campo, una infame camioneta verde, la cual ha sido a menudo un retrazo mas que una ayuda para nosotros. Teniendo con muestreado con prontitud Calipuy, el equipo optimistamente se dirigió hacia el sur, solo para encontrar que los problemas solo estaban empezando.

La segunda mas grande población, 456 guanacos en Chavín en el departamento de Ica, nos llevo de golpe a un ambiente muy seco, totalmente diferente a Calipuy y los animales fueron localizados sobre zonas húmedas, a menudo en zonas pedregosas inaccesibles cubiertas de laderas, en las cuales la vida de todos estuvo en peligro. El muestreo de la tercera población, de solo 300 animales, en Huayhuas, cerca de la reserva de vicuñas de Pampa Galeras, resulto algo mas fácil, en parte porque un grupo de animales tuvo lastima del grupo y cruzo la carretera colocándose en frente del equipo, y dejaron siete muestras de fácil colección. Pero lo peor vino al final, tratando de encontrar los 142 guanacos reportados para Machahuay  en Arequipa, los 79 reportados para Yanaque en Moquegua y los 51 reportados para Vilani en Tacna. A pesar de una gran inversión de tiempo  y esfuerzo, solo 17 muestras fueron colectadas. Es lamentable que dia tras dia, cuando se trató de contratar un guía para ubicar los guanacos, la primera respuesta siempre fue “si, podemos ayudar a cazarlos.” El evidente reducción masiva en la población sureña de guanacos sería consecuencia o reflejo de esta situación.

Una vez las muestras llegaron al laboratorio, la extracción de ADN fue llevada a cabo. Esta proveyó un largo y ardoroso esfuerzo, y las muestras de Calipuy, las de mejor calidad de todas en virtud a la frescura, resultaron ser las mas difíciles, aparentemente debido a algo en su dieta lo cual causaba una fragmentación del ADN. Desconocemos que planta es la culpable, pero es seguro que el hábitat de Calipuy es el mas exuberante y húmedo de todos los sitios muestreados. Después de la extracción, se llevo a cabo el análisis de una parte del gen del citocromo B, el cual ha sido completado para todas las muestras, y el análisis de 12 microsatélites para la determinación de variabilidad genética en las poblaciones, el cual  esta todavía en proceso.

El 6 de abril del 2006 se desarrollará una Conferencia y los días 16 y 17 de mayo del 2006 se realizará el Taller propiamente dicho, donde nosotros estaremos teniendo una reunión PHVA en Lima para evaluar los resultados del proyecto guanaco 1, llegando por consenso a un plan de manejo. El PHVA (Evaluación de viabilidad poblacional y de hábitat) y referido al programa estadístico Vortex usado por los científicos para determinar la probabilidad que una población sobreviva o extinción. Durante dos días, traeremos representantes de todas las partes interesadas, autoridades del gobierno peruano, políticos, ganaderos, cazadores deportivos, mineros, educadores, abogados, grupos de derechos medioambientales, científicos, etc. Para encabezar el debate, con la contribución de especialistas de la UICN y expertos, sobre su relación con la experiencias de conservación del guanaco en argentina, Chile, Bolivia y Paraguay, con la meta de preparar un plan de manejo que asegure la sobrevivencia de L.g.cacsilensis. Esperanzadamente todos los que acudan, estarán justificando ponerse la camiseta de “Yo ayude a salvar al guanaco peruano de la extinción” al final de la reunion.

 

---> English version

Guanaco 1 – working to save Peru’s endangered guanacos.

Jane C. Wheeler

The guanaco is the largest wild artiodactyl in South America and a primary landscape species.  Hemiauchenia, the direct ancestor migrated from North to South America three million years ago and the oldest known fossil guanaco remains date to two million years ago in Argentina. They have also been found at Tarija, Bolivia, on the eastern slope of the Andes, but did not spread into the high Andes before the establishment of modern climatic conditions approximately 12,000 years ago.  Prior to European contact, guanacos were found along the Pacific shore and into the high Andes, from approximately 8º South latitude to Tierra del Fuego, as well as east into the Paraguayan Chaco and across the pampas to the Atlantic Ocean near Buenos Aires. The prehispanic guanaco population has been estimated at 30 to 50 million.  These numbers rapidly declined during the European conquest, and by the mid-nineteenth century the impact of indiscriminate hunting and commercial sheep rearing had reduced the guanaco population to 7 million. At present an estimated 600,000 survive.

Four poorly defined subspecies of guanaco have been described: the first, L. g. guanicoe (Müller, 1776), in Patagonia, Tierra del Fuego and Argentina from 35° S latitude south; the second, L.g. huanacus (Molina, 1782), in central Chile; the third, L.g. cacsilensis Lönnberg, 1913, in southern Peru, north west Argentina, northern Chile and Bolivia; and the fourth, L.g. voglii Krumbiegel, 1944, on the eastern slope of the Argentine Andes at 21-32° S latitude. None the less, the characteristics which set each subspecies apart are not fully detailed in these early works, and recent research on DNA suggests that only two are valid, the larger, darker southern guanacos (collectively L.g. guanicoe) and the smaller, lighter coloured L.g. cacsilensis found at the northern boundary. Osteological remains from Andean archaeological sites document the origin of llama domestication from the guanaco at high elevation localities within the range of L.g. cacsilensis starting some 6,000 years ago, and this has recently been confirmed by DNA analysis. There is no evidence, archaeological or molecular, that the Patagonian guanaco was ever domesticated, although tamed animals were sometimes kept.

All guanacos exhibit similar coloration varying from dark reddish brown in the southern populations to lighter brown with ocher yellow tones in the northern subspecies.  The chest, belly and internal portion of the legs are more or less pure white, the head grey to black with white around the lips, eyes and borders of the ears.  Fiber diameter varies from 16.5 to 24 microns and contains from 5 to 20% hair. Withers height of adult animals varies from 110 to 120 cm for guanacosfrom Patagonia and Tierra del Fuego, compared to 100 cm for the small northern guanaco, with live weights for adult animals at 120-130 and 96 kilos respectively. 

Guanaco numbers have continued to decline since European contact.  In the early 1950’s, reports stated that uncontrolled hunting of yearling chulengos in Patagonia threatened survival of the species, and in 1969 the Peruvian guanaco population was found to be on the edge of extinction. In 1974, the IUCN (International Union for the Conservation of Nature and Natural Resources) declared the guanaco a vulnerable species.  At present the guanaco receives protection in 14 reserves in Argentina, 4 in Chile and 3 in Peru, but this is not sufficient, and the Bolivian and Paraguayan populations remain unprotected. The IUCN South American Camelid Specialist Group has urgently recommended increased protection for the guanaco, especially for the northernmost populations. 

When the American Committee for International Wildlife Protection survey of Peruvian mammals reported in 1969 that both the Peruvian vicuña and guanaco populations were on the verge of extinction, the Peruvian government responded rapidly, declaring both species endangered, and the subsequent successful rescue of the vicuña is well known. The story of the Peruvian guanaco, however, is very different and it has remained virtually unknown to science, and on the verge of extinction. Only 5,000 animals are estimated to survive, 3,500 of which are located in Peru.

A large-scale scientific study aimed at saving the Peruvian guanaco from extinction was begun in July 2003. Known as GUANACO 1, the joint project is financed by the Darwin Initiative of the UK and headed by Michael W. Bruford of Cardiff University (UK) and Jane C. Wheeler of CONOPA (Peru). Utilizing a combination of genetic studies, population viability analysis and ecological surveying, the goal of the project is to produce a management plan for conservation, and the human capacity to implement it, as well as to continue such studies on similarly imperiled Peruvian species in the future.

GUANACO 1 builds on an earlier Darwin Initiative project on Peruvian vicuña population genetics and conservation carried out by the same team during the 1990’s. Thanks to collaboration with the authorities at CONACS (Peru’s National Council for South American Camelids), we were able to sample vicuña populations throughout the country, taking blood samples for DNA extraction when the animals were rounded up for shearing. The subsequent study of genetic variation in each population confirmed that the vicuña has gone through a genetic bottleneck and defined the special management requirements needed to insure the preservation of genetic biodiversity in this species. In order to obtain the same information for the guanaco, we also need to obtain DNA, however since capturing them has proven next to impossible we have been forced to find another source, extracting it from fecal samples. I won’t go into all the additional nicknames our project has been given as we have crossed the country collecting the necessary samples, but will say that it hasn’t been easy. Sport hunting and other human activities have driven most guanacos into inaccessible and very difficult terrain, and successful extraction of DNA from feces has required tremendous effort.

Our sampling began with the largest population, 538 reported, at Calipuy National Reserve in the Department of La Libertad, at the extreme northern end of guanaco distribution in Peru. This population is the most accessible, and, being protected, was the easiest to sample. Utilizing a powerful spotting scope to observe defecation events, and two sets of radios to triangulate the location of the sample and permit its collection and preservation in the shortest possible time, the team soon worked out the most efficient sampling procedures. More than 30 samples were collected and returned to the lab in Lima even before the field vehicle, an infamous green pickup which has more often let us down than helped us out. Having expeditiously sampled Calipuy, the team optimistically moved on towards the south, only to find that the problems were just beginning.

The second largest population, 456 guanacos, at Chavin in the Department of Ica brought them down to earth with a thud. The very dry environment was totally different from Calipuy and the animals were located on steep, often inaccessible scree covered slopes which placed everyone’s life in danger. Sampling the third largest population, just over 300 animals, at Huayhuas, near the Pampa Galeras vicuña reserve in the Department of Ayacucho, proved somewhat easier, in part because a group of animals took pity, crossed the road in front of the team, and seven left samples within easy reach. But the worst came at the end, trying to find the 142 guanacos reported for Machahuay in Arequipa, the 79 reported for Yanaque in Moquegua and the 51 reported for Vilani in Tacna. Despite a major investment of time and effort, only 17 samples were collected. Time after time the request for a guide to assist in finding the guanacos elicited an offer to help hunt them, reflecting what seems to be a massive recent reduction in their numbers in extreme southern Peru.

Once the samples reached the lab, extraction of the DNA was undertaken. This proved a long and arduous process, and the samples from Calipuy, the best quality of all in regards to freshness, turned out the be the most difficult apparently due to something in their diet which caused a breakdown in the DNA. We do not know what plant is to blame, but it is certain that the habitat at Calipuy is the most lush and moist of all those sampled. After extraction, analysis a portion of the cytochrome b gene was undertaken, and has been completed, for all the samples. The analysis of 12 microsatellites for determination of genetic variability in the populations is still in process.

On April 6 and May 16-17, 2006, we will hold a PHVA meeting in Lima to evaluate the results of the GUANACO 1 project and arrive at a management plan by consensus. PHVA stands for Population, Habitat Viability Assessment and refers to the VORTEX statistical program used by scientists to determine the probability that a population will survive or become extinct. Over two days we will bring together representatives of all interested parties, Peruvian government authorities, politicians, farmers, sports hunters, miners, educators, lawyers, environmental rights groups, scientists etc. for head on discussions, with input from IUCN specialists and experts concerning the experience of Argentina, Chile, Bolivia and Paraguay in guanaco conservation, with the goal of preparing a management plan to assure the survival of L.g. cacsilensis. Hopefully all those who attend will be justified in donning the “I helped save the Peruvian guanaco from extinction” tee shirt at the end of the meeting.

 

 
 
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